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lunes, 25 de marzo de 2013

Un sangriento legado.


Comité de Víctimas contra la Impunidad del Estado Lara
Foro por la Vida

                La muerte del primer mandatario ha  promovido numerosos foros de discusión en torno al “legado de Chávez”,  en los que opinadores de diversas tendencias se proponen hacer un “balance histórico” de estos 14 años de  gobierno.  Ante toda la retórica épica, religiosa y electoral que colma los espacios de opinión,  se hace necesario volver sobre los hechos, particularmente aquellos que acusan  el uso de la violencia y la impunidad como la vía expedita e irreversible para negar de facto todos los derechos. Nos referimos a la violación del derecho a la vida y a la indefensión jurídica de las víctimas de la violencia, como indicadores  incontestables del  balance gubernamental.
El  balance no puede ser más aterrador sobre todo para los jóvenes, los trabajadores y los sectores más pobres de la población. Si revisamos las estadísticas de venezolanos caídos bajo las balas de la delincuencia y de los organismos policiales y militares, nos encontramos con la alarmante cifra de 177.169 homicidios registrados en el período 1999-2012 y de al menos 641.351 ciudadanos heridos en hechos violentos. [1]
Se estima que cada uno de estos asesinados deja a 4,4 familiares afectados, o víctimas indirectas,  lo que implica que alrededor de 779.543 personas, la mayoría de ellas mujeres, niños y niñas sufren las consecuencias de vivir en una sociedad violenta, así el “legado” se extiende a 1.600.000 venezolanos.   
                La Red de Información Tecnológica Latinoamericana (Brasil), estimó que el 64,2%  de los asesinados y heridos en Venezuela son jóvenes entre los 15 y 24 años. La cifra que se eleva a más del 85%, si se incluye a los asesinados menores de 40 años. “La probabilidad de que un joven latinoamericano sea víctima de un homicidio es 30 veces mayor que la de un joven europeo”.
Así mismo, el informe sobre Desarrollo Humano, (Pnud),  realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ubicó a Venezuela como el tercer país con mayor tasa de homicidios (T.H) en el mundo, después de Honduras y El Salvador. Es importante destacar que un país cuya T.H supere los 12 Homic./100.000 Hab. es catalogado con “grave problema social”. En el caso de Venezuela la  T.H pasó de 20 en 1998 a 74,80 en el 2012, vale decir seis veces sobre el promedio mundial.
                 Si a los ello le sumamos los 22.000 presos asesinados y heridos en las cárceles, vemos claramente cómo la violencia recae sobre la juventud venezolana, lo cual sería una expresión de autentica política maltusiana. Según UNICEF “Venezuela ocupa el segundo lugar en Latinoamérica por homicidios de adolescentes, principalmente en barrios por enfrentamiento de bandas o inseguridad en general. [2]
                A esta realidad no escapa el sector laboral donde también la violencia muestra un incremento sostenido. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, “en 2012 se registraron 77 asesinatos de trabajadores o sindicalistas, principalmente en el sector de la construcción”, casi triplicó la cifra de 28 asesinatos del año anterior. Los casos de Argenis Vásquez (Toyota, Cumaná), Pedro Suárez y Javier Marcano (Mitsubishi Motors, Anzoátegui) Richard Gallardo, Luís Hernández,  y Carlos Requena,( UNT, Pepsicola, Alpina, en Aragua), permanecen en la impunidad.
                Por otro lado, la persecución contra luchadores indígenas para despojarlos de sus tierras y dejar el terreno libre a las compañías mineras-carboníferas o ganaderos terratenientes, ha sido una fiel continuación de una política de genocidio hoy aplicada por el Estado venezolano. El  asesinato del cacique Yukpa Sabino Romero, sin que hasta ahora ningún responsable haya sido detenido,  es una dolorosa prueba de esta política contra nuestras comunidades aborígenes, que se extiende a las etnias Pemón, Yanomami, Wayu y Barí.
                Sin duda alguna realidades que no pueden quedar por fuera de un balance que, necesariamente, debería explicar el atípico caso de un país en el que los supuestos avances en reducción de la pobreza, educación, salud, vivienda e inclusión incrementan la violencia social, la impunidad y la muerte.


[1] Según las fuentes oficiales se producen 3,62 heridos por cada homicidio.

lunes, 18 de marzo de 2013

Monseñor Romero (24-03-2013)


Cátedra Libre Monseñor Romero – UCV
Centro para la Paz y los DDHH – UCV


Monseñor Oscar Arnulfo Romero cumplirá el próximo 24 de marzo XXXIII años de su martirio, víctima de la terrible violencia que azotaba a El Salvador en la década de los 70 y 80, que cobró el terrible saldo de más de 80 mil vidas. Un francotirador pagado por la extrema derecha le disparó al corazón justo en el momento en que ofrecía el pan y el vino a Dios. Fue su última ofrenda. En ese gesto que simboliza la Última Cena de Jesús, ofrecía su propia vida por la salvación del pueblo salvadoreño que la Iglesia le había encomendado acompañar. Y lo acompañó hasta el extremo de dar la vida por ellos. Así siguió fielmente a Jesús: “nadie tiene un amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn) Su gesto y entrega en fidelidad a Jesús de Nazaret y al pueblo Salvadoreño, sigue iluminando nuestro quehacer como cristianos en medio de tiempos complejos y difíciles para la vida del país. 

Desde Cátedra Libre Monseñor Romero, que acaba de cumplir 18 años de existencia (1995) en febrero recién pasado, queremos presentarles algunos elementos que nos parecen significativos de la figura de Mons. Romero. Dejemos que sea él mismo, a través de sus escritos principalmente de sus homilías, que nos revele cómo se concebía: “Hermanos, yo no quiero ser más que una voz que en nombre de Dios, que nos quiere a todos como hermanos, pide ese sentido de equidad, de justicia, nada más, de ley bien cumplida” (1º de enero de 1978)

Ø  Y aquí tenemos un primer rasgo suyo: era un hombre de Dios. Sin esta dimensión se corre el peligro de manipular su figura. El P. Ignacio Ellacuría, s.j., quien fuera rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y posteriormente asesinado junto a otros 5 compañeros y dos empleadas suyas, llegará a decir: “con mons. Romero Dios pasó por El Salvador”. Esta expresión refleja cuán unido a Dios estaba mons. Romero. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos que sus decisiones llevaban además del riguroso análisis de la realidad, muchas horas de oración, mucho tiempo delante de Dios, pidiendo su luz para acertar en la toma de decisiones.

Ø  José Jorge Simán, quien fuera amigo personal de mons. Romero, nos aporta otra característica de mons. Romero: un hombre de una gran libertad y santidad: “ese ponerse en manos de Dios, hacer suyo el proyecto de Dios; él sabía que era lo que Dios le estaba pidiendo y quería ser fiel a ello. Hay una frase de san Ignacio de Loyola que tiene que ver con todo esto que estoy diciendo: Haz todo como si Dios no existiese y, después, déjalo todo en manos de Dios”[1]. Así fue el actuar de mons. Romero, con una absoluta confianza en Dios. También podemos ver esa libertad de espíritu y fidelidad a la Iglesia a que que amaba entrañablemente. Ante quienes pretendían acusarlo de estar vinculado con algún grupo político les dirá: “La Iglesia no tiene sistemas. La Iglesia no tiene métodos. La Iglesia sólo tiene inspiración cristiana, una obligación de caridad que le urge a acompañar a quienes sufren las injusticias y ayudar también a las reivindicaciones justas del pueblo. Allí sí la Iglesia está, pero sin identificarse con los sistemas y los métodos. Esto, repito, que quede bien claro, porque yo no soy director de ninguna organización política. Yo no soy ni mis sacerdotes deben ser líderes de estos grupos. Si hay coincidencias objetivas, son perspectivas de Evangelio las que la iluminan”[2]. Monseñor Romero no se dejaba manipular por ninguno de los sectores que conformaban la vida nacional y eclesial, a pesar de las presiones que recibía de unos y de otros. Monseñor era un hombre que sentía con la Iglesia, sentía el sufrimiento de la gente como suyo.

Ø  Otra característica de su personalidad era la humildad. Para él los pobres eran sus preferidos, por quienes se desvelaba, a quienes dedicaba tiempo para atenderlos y acompañarlos en medio de sus sufrimientos, dolores y esperanzas. Era realmente pastor del pueblo sencillo y humilde de San Salvador. Por eso se ha llegado a decir que era “la voz de los que no tienen voz”:
“Queremos unirnos al dolor de su familia y queremos ser la voz de los que no tienen voz para gritar contra tanto atropello contra los derechos humanos; que se haga justicia; que no se queden tantos crímenes manchando a la patria, al ejército; que se reconozca quiénes son los criminales y que se dé justa indemnización a las familias que queden desamparadas”[3].
Las homilías en la Catedral, que llegaban a todo el país por la radio del arzobispado, radio Ysax, daban cuenta de por qué se le llegó a llamar así. Allí recogía lo que iba viendo en sus visitas pastorales. Se convirtió en un espacio de denuncia profética de tantos atropellos que se cometían contra las familias campesinas pobres de su arquidiócesis. El se encarnó en la realidad de los pobres, quienes lo consideraron su amigo y pastor. Una anécdota que nos relata José Jorge Simán de esta humildad de Monseñor Romero, se refiere al lugar que escogió para vivir. “Como trabajaba en el seminario, cuando lo nombraron arzobispo se quedó allí y, como no tenía cama, dormía en una hamaca. La Asociación de Señoras Guadalupanas le había ofrecido una casa, pero él no la aceptó. Decidió, entonces, vivir en un cuarto junto al hospital de los enfermos terminales; en ese cuartito sencillo, donde era atendido por las mismas monjitas que cuidaban a los enfermos, su único “lujo” era una hamaca donde descansaba cuando se ponía a escuchar las noticias del día en un pequeño radio. Y no quería seguridad que lo anduviera cuidando: ‘si la gente no tiene seguridad, yo no la quiero tampoco’, decía”[4].

Ø  Invitaba constantemente a la conversión, según el Evangelio de Jesucristo,  nunca al odio, la venganza,  la violencia, la lucha de clases: “Hermanos, estaría loco o estuviera traicionando mi misión si yo les estuviera diciendo que esta fe hay que comprometerla con tal o cual agrupación. Estaría loco si yo estuviera sembrando desde aquí la revancha, la venganza, el odio. Nunca lo he hecho. En público he hablado – decía Cristo- y cualquiera puede decir que jamás ha escuchado de mis palabras un llamamiento a la venganza, al odio, a la lucha de clases. ¡Jamás!”[5]

Ø   “Si la Iglesia repudia la violencia, si la Iglesia jamás aprobará un crimen como los que se han cometido esta semana, no lo hace con odio al que disparó una pistola, al que mató, al que secuestró, sino con amor le dice: ‹‹Conviértete››. Quién me dijera, hermanos, que esta palabra de Evangelio con la ternura de los labios de la Virgen que ama a los pecadores, llegará hasta esos lugares donde están escondidos tantos criminales, donde se está fraguando tanta calumnia, a esos rincones de sombra y de infierno, para decirles a esos pobres pecadores: ‹‹Conviértanse, no siembren más odios, no maten más gente, no calumnien más; conviértanse que esos caminos perversos llevan al infierno y la Virgen los quiere en su cielo››…”[6]. También le exigía a los militares a un cambio radical frente a las violaciones de los derechos humanos, insistía en el amor: “Conviértanse. No pueden encontrar a Dios por esos caminos de torturas y de atropellos. Uds. tienen las manos manchadas de crimen, de tortura, de atropello, de injusticia, ¡conviértanse! Los quiero mucho. Me dan lástima porque van por camino de perdición”[7]. Su voz está cargada de paciencia, solidaridad, compasión, amor… como lo expresa la 1Cor 13.

Ø  Mons. Romero cree en el amor como una fuerza triunfante y resucitadora. Sabemos que la victoria de Dios es contraria a la del mundo. Un ejemplo nos lo da Monseñor cuando reflexiona sobre la violencia diciendo que la mayor violencia que existe es la que se hace unos mismo aceptando pacíficamente la muerte en el servicio de los demás: “Sepan que hay una violencia muy superior a la de las tanquetas y también a la de las guerrillas; es la violencia de Cristo: ‘Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen’. Y en otro lugar asegura la victoria a la larga de la ‘violencia del amor, la de la fraternidad, la que quiere convertir las armas en hoces para el trabajo”[8].

Ø  Relación con la política en una sociedad polarizada. “Yo tengo la conciencia, hermanos, y quienes me han seguido de cerca están muy de acuerdo conmigo, en que jamás he ocupado esta cátedra para hacer política. He hecho religión, he cumplido el mensaje religioso de la Iglesia para derivar de allí – como dice el Concilio- los dinamismos, las fuerzas que pueden construir una sociedad según el corazón de Dios… Yo no soy un técnico ni en sociología ni en política ni en organización; simplemente, un humilde pastor que les está diciendo a los que tienen la técnica: únanse, pongan al servicio de este pueblo todo lo que Uds. saben; no se encierren, aporten. Entonces sí, se practicará el derecho, se hará justicia”[9].

Ø  “Aquí, en la Iglesia, el domingo, hermanos, el que me ha escuchado con sinceridad, sin prejuicios, sin odios, sin malas voluntades, sin intenciones de defender intereses que no se pueden defender, el que me ha escuchado aquí no puede decir que yo estoy haciendo sermones políticos o sermones subversivos. Todo eso es una calumnia nada más. M están escuchando en este momento y estoy diciendo lo que siempre he dicho. Lo que yo quiero decir aquí, en el púlpito de la catedral, es qué es la Iglesia; y, desde esa Iglesia, apoyar lo bueno, felicitarlo, animarlo; consolar a las víctimas de los atropellos, de las injusticias; y también con valentía denunciar el atropello, tortura, el desaparecimiento, la injusticia social. Eso no es hacer política. Eso es construir Iglesia y cumplir el deber de la Iglesia desde su propia identidad. Yo siento la conciencia bien tranquila y es mi llamamiento a Uds. para que construyamos la verdadera Iglesia”[10].

Ø  Finalmente. Invitación a la reconciliación. Monseñor Romero exhortaba a los laicos y laicas a ser devotos de la justicia y del bien común: “Cada uno de nosotros tiene que ser devoto enardecido de la justicia, de los derechos humanos, de la libertad, de la igualdad, pero mirándolos a la luz de la fe. No hacer el bien por filantropía. Hay muchas agrupaciones que hacen el bien buscando aplausos en la tierra. Lo que busca la Iglesia es llamar a la justicia y al amor fraterno”[11]







[1] Simán J., José Jorge; Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez. Un Testimonio; San Salvador, 15 de Agosto de 2007, p.31.
[2] Homilía del 16 de abril de 1978, citada por Miguel Cavada en “El Corazón de Monseñor Romero”, edic. Centro Monseñor Romero – UCA, marzo 2010; p.25.
[3] Homilía del 28 de agosto de 1977.
[4] Simán J., José Jorge; ob.cit., pp. 32-33.
[5] Homilía del 2 de abril de 1978.
[6] Homilía del 15 de mayo de 1977.
[7] Homilía del 10 de septiembre de 1978.
[8] Homilías del 21 de enero de 1979 y del 27 de noviembre de 1977.
[9] Homilía del 20 de agosto de 1978.
[10] Homilía del 10 de septiembre de 1978.
[11] Homilía del 5 de febrero de 1978.

lunes, 4 de marzo de 2013

Foro por la Vida exige la investigación exhaustiva del asesinato del cacique Yukpa Sabino Romero


Foro por la Vida exige la investigación exhaustiva del asesinato del cacique Yukpa Sabino Romero

(Caracas, 04.03.13)

Ayer 03.03.13, el cacique yukpa y defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas Sabino Romero fue asesinado en la Sierra de Perijá, estado Zulia, en horas de la noche, cuando transitaba por la carretera del Tokuko, rumbo a un evento electoral. En el suceso resultó herida su esposa Lucía, quien lo acompañaba.
Ante el asesinato de un defensor de derechos humanos desde la coalición Foro por la Vida exigimos la investigación exhaustiva, transparente y expedita para determinar la autoría intelectual y material del asesinato de Sabino Romero. Es de recordar, que el cacique Romero ha sido reiteradamente criminalizado por las autoridades por su lucha en defensa de la tierra para las comunidades.
Ante los conflictos derivados por la demarcación de tierras, los Yukpas han exigido al Gobierno Nacional que atienda sus denuncias. Y es que la disposición transitoria 12 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela estableció un lapso de tres años, contados a partir de su promulgación, para que se verificara el proceso de demarcación de territorios indígenas. En el caso de los YUKPAS, sólo se hizo en tres sectores SIRAPTA, TINACOA y AROI, áreas geográficas donde habitan los Bari. A la fecha de hoy apenas el 3% de territorio indígena ha sido demarcado y entregado por las autoridades.
A pesar de estas denuncias, el Ejecutivo Nacional no ha cancelado la indemnización a los indígenas, desde el año 2006.
En el año 2009 matan al padre de Sabino Romero, José Manuel Romero. Los indígenas acusan a Alejandro Chávez Vargas, presunto dueño de una hacienda llamada Kusare, posteriormente los indígenas ocuparon la hacienda.
En el año 2010 mataron a otro Yukpa, primo de Alexander Fernández Fernández, llamado Darío Segundo García Fernández. Los Yukpas acusaron a un parcelero guajiro.
Entre 2011 y 2012, se han producido asesinatos de otros Yukpas y el pueblo indígena denuncia que se trata de los dueños de las haciendas.
En el caso de Alexander Fernández, compañero de causa de Sabino, fue torturado, sustrayéndose los ojos de su cavidad y golpeándolos salvajemente. Otros asesinados son Wilfredo Romero y Lorenzo Romero asesinados por los mismos grupos que persiguen a los indígenas. Las denuncias indican que los agresores contaron con la presunta complicidad de funcionarios policiales y militares.
El cadáver de Sabino Romero aún está en la carretera y el pueblo indígena se opone a la intervención del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) porque temen que se modifiquen las evidencias.
El Foro por la Vida rechaza, a su vez, la campaña de criminalización contra la lucha del pueblo Yukpa, enfocada en la figura de Lusbi Portillo cuya organización, Homoetnatura, está siendo enjuiciada junto a Provea por su solidaridad con las demandas de las comunidades.
Ante esta situación el Foro por la Vida exige:
- La investigación imparcial, expedita, transparente y sin dilaciones de la autoría material e intelectual del asesinato del defensor de derechos humanos Sabino Romero.
- Garantías para la protección la comunidad Yukpa a la que pertenecía el cacique Sabino Romero ante posibles agresiones
- Protección a la vida y la integridad del defensor de derechos indígenas Lusbi Portillo, y su equipo de trabajo en la ONG Homoetnatura
- Reanudación sin dilaciones del proceso de demarcación de territorios indígenas
- La realización de procesos de consulta previa, libre e informada para cualquier proyecto de minería a realizarse por el Estado en territorios indígenas, así como la paralización de los proyectos en marcha hasta no consultar la opinión de las comunidades afectadas.

Vocería del Foro por la Vida

Es el momento de unir esfuerzos para proteger la vida y la salud de las personas con VIH


Acción Solidaria (AcSol)
Foro por la Vida
Hasta hace pocos años, ante la comunidad internacional, el gobierno venezolano presentaba como uno de sus mayores logros haber sostenido un programa de suministro sin costo de medicamentos antirretrovirales (ARV) a las personas con VIH a través del presupuesto público, sin necesidad de optar por otros mecanismos de financiamiento mundial, como lo  han hecho otros países de la región. El Programa Nacional de VIH/Sida e ITS (PNS) del Ministerio de Salud, es el encargado de comprar, distribuir y supervisar la entrega de 29 tipos de medicamentos ARV en todos los estados del país, a través de sus coordinaciones regionales y centros de salud públicos, a unas 46.000 personas con VIH.  Estos ARV son prescritos según las pautas nacionales de tratamiento antirretroviral de alta eficacia (TARV), que implica la combinación de 3 o 4 medicamentos —si falta uno, el tratamiento no funciona. La coordinadora del PNS, Dra. Deisy Matos, señalaba hace exactamente un año que algunos de estos tratamientos costaban alrededor de 10.000 bolívares fuertes mensuales.
Tomar estos medicamentos diariamente, en la cantidad indicada, con el seguimiento adecuado del médico tratante, sin ninguna restricción o suspensión relacionada con el costo, sitio y condiciones de entrega, y sin factores discriminatorios o excluyentes que inhiban su consumo, obstaculicen o causen su posible interrupción, es una garantía esencial para proteger la salud y la vida de las personas con VIH.  Dejar de tomarlos puede producir graves consecuencias para la salud, generar la resistencia del virus a los medicamentos y, por lo tanto, anular la eficacia del tratamiento. Consciente de ello, el propio Programa Nacional ha dicho: “…los pacientes deben seguir las indicaciones al pie de la letra, porque de lo contrario el virus se hace más resistente, los fármacos pierden su efecto y la persona debe cambiar el tratamiento y pasar a otra generación”. Además, la reducción de los niveles de virus en la sangre no solo representa una mejor calidad de vida para las personas con VIH, sino que implica una significativa disminución de las posibilidades de transmisión.
Pero, en verdad, el Ministerio de Salud no cumple sus pautas ni son reales las cifras de cobertura de acceso a tratamientos porque, durante 4 años consecutivos —desde el 2009 hasta 2012 y lo que va de 2013—, las personas con VIH han reportado fallas crónicas y recurrentes en la entrega de alguno de los medicamentos en los distintos estados del país. El Ministerio ha estado en todo momento al tanto de esta situación, pero no publica ninguna clase de información que permita saber acerca de la programación de compras, niveles de inventario y cronograma de entregas de medicamentos.  Cuando se producen fallas, no hay correctivos inmediatos ni respuestas eficaces a sus causas y para solucionarlas se espera hasta que las propias personas con VIH, víctimas de la escasez, hagan reclamos públicos. A pesar de las denuncias, las constantes peticiones y llamados de alerta, hasta la fecha el Ministerio de Salud no ha implementado mecanismos de diálogo regulares y eficaces con cerca de 100 organizaciones de la sociedad civil desplegadas en todo el país, las cuales atienden directamente a más del 50% de las personas con VIH.
El acceso universal, oportuno, completo e ininterrumpido a los TARV es una responsabilidad del Estado con el derecho a la vida y la salud de las personas con VIH. Las pocas cifras oficiales que se manejan, permiten observar una sostenida expansión del VIH y del número de fallecimientos. El PNS ha presentado insuficiencias y fragilidades sostenidas para mantener la cadena de suministro de tratamientos, las cuales se hicieron más agudas a medida que aumentaron las restricciones generales al abastecimiento de medicamentos en el país y el cada vez mayor deterioro del sistema público de salud. Es necesario, en este momento, unir esfuerzos para detener ya la pérdida de más vidas humanas y evitar una emergencia nacional por los problemas que limitan o impiden el suministro de los TARV a todas las personas con VIH.
La construcción de vías para la unión de esfuerzos, requiere de,
1.       La abierta disposición de las máximas autoridades del Ministerio de Salud al diálogo plural, sostenido y permanente con todas las organizaciones de la sociedad civil que operen el país.
2.       El levantamiento en el menor tiempo posible de registros básicos sobre la cadena de suministro (compras, almacenamiento, distribución y entrega), para establecer niveles de inventario seguros, controlar su comportamiento y detectar con prontitud riesgos de desabastecimiento.
3.       Integrar a todos los actores involucrados en la cadena de suministro (proveedores, personal de salud, coordinaciones regionales, almacenes y transporte y centros de salud) y a las organizaciones de la sociedad civil, en un mecanismo que permita programar respuestas eficaces a los procesos críticos, asegurar la disponibilidad y distribución oportuna de los medicamentos, y reducir los tiempos de espera.
4.       La implementación de un proyecto de fortalecimiento del Programa Nacional de VIH/Sida e ITS a fin de adecuar su recurso humano, sistemas de gestión y capacidades técnicas a los estándares internacionales, incluyendo la efectiva inserción de Venezuela en los mecanismos de cooperación a nivel mundial para atender las necesidades técnicas y financieras en materia de tratamientos antirretrovirales.
@accionsolidaria